lunes, 28 de mayo de 2007

Museo Arqueologico Tiwanacu

No podía el museo donde se guarda la historia de la civilizacion de Tiwanacu.

Tiwanacu fue una antigua ciudad indígena sudamericana, tal vez la mas importante del cono sur. Aunque se conoce poco de su historia se supone que fue asiento de un imperio que se extendió por el altiplano y el desierto de Atacama.

En el entorno de la planicie Tiwanacota, se destacan impresionantes esculturas de piedra: el Templo de Kalasasaya, Monolito Ponce, Templete Subterráneo, la monumental Puerta del Sol y la Puerta de la Luna.

Según estudios coincidentes de varios especialistas Tiwanaku, cuya edad se remontaría a catorce o quince mil años, quedó abandonado a raíz de un cataclismo que habría destruido esa civilización.

Posteriormente fue víctima, durante cientos de años, "de innumerables depredaciones ocasionadas por buscadores de tesoros, cazadores de amuletos y metales preciosos, y de la ignorancia de sus nuevos habitantes. Toneladas de monolitos y otras piezas esculpidas formaron el terraplen del FF.CC. Guaqui-La Paz y sirvieron, asimismo como material de construcción de viviendas actuales y de muros y cercos de haciendas contiguas; en la edificación de la iglesia del actual pueblo de Tiwanacu y para pavimentación de varias de las calles de la ciudad de La Paz.

Sin embargo, el Museo Regional de la Cultura de Tiwanaku, localizado en la provincia Ingavi de La Paz, fue creado para albergar alrededor de 3.500 piezas arqueológicas recuperadas a través de excavaciones emprendidas desde 1990 por especialistas de la Dirección Nacional de Arqueología y Antropología (DINAAR).

En la cifra global mencionada, sobresale un cupo de 300 objetos recientemente restaurados, que se hallaban en depósitos del Centro de Investigaciones de Tiwanaku (CIAT).

El año aymara comienza el 21 de junio, con el solsticio de invierno y con el inicio de un nuevo ciclo agrícola (nueva época de siembra). Este es el momento elegido para la celebración del Año Nuevo Andino, es cuando más se aleja el sol.

Los amautas (chamanes andinos) han encontrado el punto clave para que retorne el reordenamiento de la tierra. Originalmente es el “marat'aqa”, o el agradecimiento al sol y la Pachamama por las cosechas. A partir de ese momento se inicia la nueva siembra. Es el sol que debe dar energía para una buena cosecha".

Esta fiesta está perfectamente integrada en nuestra cultura, y nada ha podido desenraizarla de nuestros corazones.Los antiguos indígenas agricultores del altiplano andino, se regían por la observación de diversos fenómenos astronómicos para guiarse en los momentos que debían iniciar las diversas tareas agrícolas y ganaderas, como siembras, cosechas o esquilas.

Cada 21 de Junio se realizan coloridas ceremonias indígenas que recuerdan un pasado lleno de esplendor. "Ese día los rayos del Sol al amanecer penetran por la puerta del templo Kalasasaya e iluminan al magnífico Monolito de Ponce" La nación aymará que habitan en Bolivia, Chile y Perú, celebra este día hoy el inicio del año 5 514 de su calendario, con ritos ancestrales en Tiawanaku, 70 kilómetros al norte de La Paz.

El año nuevo (machaq mara, en idioma aymara) coincide con el solsticio de invierno, que los "amautas" reciben esta madrugada en Tiawanaku, el lugar en el que se alzan los restos arqueológicos más importantes de su imperio. En el solsticio de invierno, sus primeros rayos aparecen justo por el centro de la puerta en cuyo friso, según los estudiosos de la cultura aymara, se encuentra un calendario que marca los dos solsticios y los dos equinoccios astronómicos.

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